Ce Cebolla
Buena para la circulación
Evita la formación de coágulos en la sangre, promueve la circulación sanguínea y ayuda a combatir las enfermedades relacionadas con una mala circulación.
Diurética
Favorece la eliminación de líquidos corporales, por lo que es muy recomendable en pacientes con insuficiencia renal, gota, cálculos renales o edemas.
Bactericida y expectorante
Por su contenido en compuestos ricos en azufre, es, junto con el ajo, uno de los mejores remedios naturales para combatir procesos infecciosos del aparato respiratorio (gripe, bronquitis, faringitis, etc.). De hecho, un remedio muy usado es colocar una cebolla partida por la mitad al lado de la cama por la noche.
Digestiva y depurativa
Favorece la digestión, al estimular el hígado, la vesícula y el páncreas aunque debería evitarse en casos de acidez estomacal. La cebolla es capaz de eliminar las toxinas y fermentos que se producen en el estómago tras la digestión.
Las mejores condiciones para el desarrollo de la cebolla son de pleno sol. En sus inicios de desarrollo, tolera condiciones bajas de temperatura, pero una vez se va desarrollando el bulbo y adquiere tamaño, las temperaturas tiene que subir, conforme a la llegada de la primavera (variedades tempranas) u otoño y salida de verano (variedades tardías).
Si tuviésemos que aportar valores, diremos que el rango óptimo de temperatura para el cultivo de cebolla es a partir de 15 ºC. Eso sí, también depende de la variedad. Lo más corriente es que la mayoría de variedades requieran que las temperaturas sean superiores a 15 ºC en todas las fases del cultivo, pero hay otras variedades que requieren periodos fríos al inicio. Sin embargo, no es lo más corriente.
El suelo
Para conseguir el desarrollo óptimo en el cultivo de la cebolla se requieren suelos ligeros, permeables, esponjosos, y profundos, ya que es un bulbo. Que sea esponjoso y permeable, como alguna vez lo hemos comentado (¿somos quizá muy pesados?) va en función de la naturaleza de la tierra, pero se puede corregir, más o menos, según la aportación de compost.
Riego
El riego ha de ser constante, pero no necesita mucha agua. Parece que últimamente solemos decir mucho lo de riego constante pero en este caso, en el cultivo de la cebolla lo requerimos más que nunca. De hecho, lo ponemos de otro color, la cebolla no tolera exceso de humedad, por lo tanto lo que se debe hacer es menor volumen de riego pero con mayor frecuencia. No dejar que se seque la tierra y cuando nos demos cuenta añadir un riego muy abundante y ale, a ver la tele. Así se produce agrietamiento y pudrición.